Las antenas de telefonía no superan la potencia recomendada por la OMS
Las antenas de telefonía móvil en España no son en teoría perjudiciales para la salud. Así lo explica el ingeniero de telecomunicaciones José Gómez durante la campaña informativa ‘Infraestructuras y uso responsable de la telefonía móvil’ organizadas por CECA en el centro social polivalente del Polígono. Las antenas de telefonía y sus efectos en la salud son un asunto sensible en la ciudad, y sobre todo en el barrio de Santa Bárbara, donde una plataforma ciudadana ha clamado durante años por la eliminación de este tipo de infraestructuras en el barrio.
Gómez explica que las antenas no son intrínsecamente buenas, ni malas. Todo depende de la potencia que tengan. La Organización Mundial de la Salud ha hecho sus experimentos, y ha determinado unos umbrales de potencia, por debajo de los cuales tiene absoluta certeza de que no hay efectos nocivos para la salud. Esos umbrales de la OMS son los que ha tomado la mayor parte de los países europeos, entre ellos España, en su legislación. Por lo tanto, la potencia de las grandes antenas o las de los propios teléfonos móviles tienen que estar por debajo de esos niveles, y no ser perjudiciales para la salud.
Además, para que las antenas de las azoteas tengan permiso, debe medirla un técnico una vez al año, para comprobar que no se excede en la potencia. También hay un control anual de todas las antenas en su conjunto, para garantizar que no se sobrepasa el umbral. Gómez también, tranquiliza a los usuarios, porque las propias compañías no están interesadas en aumentar las potencias, dado que eso crearía interferencias con las antenas cercanas.
